2. Márcate un día para dejarlo. Intenta estar muy ocupada/o los primeros días: te resultará más fácil no pensar en el tabaco. Quita de tu vista todos los objetos relacionados con el tabaco (mecheros, cerillas, ceniceros...), tanto en la oficina como en casa.
3. Juégatelo todo a una carta. Es más difícil fumar poco que dejar de fumar del todo. Por eso es mejor dejarlo del todo de golpe.
4. Piensa en positivo. Tienes que saber que la necesidad más imperiosa de fumar la dejarás de sentir cuando pasen entre diez y doce días. Y los síntomas del mono son una señal de que el cuerpo se va recuperando del consumo de tabaco. Los primeros días, es normal estar más sensible e irritable y tener problemas de concentración. No pasa nada, estos síntomas desaparecerán.
5. Intenta modificar tu rutina diaria. Evita el bar de la esquina, donde siempre has comprado tabaco. Pide a los amigos que no fumen delante de ti. Y el cigarrito del café lo puedes sustituir por otro nuevo ritual como por ejemplo, comerte una galleta o tomar, en lugar de café, una infusión nueva.
6. Prémiate por cada día que no hayas fumado. Te lo mereces, lo estás haciendo muy bien. Date pequeños homenajes. Si ahorras el dinero del tabaco, podrás comprar algunas cosas más para el bebé o para ti.
7. Bebe mucho y con regularidad. Lo mejor es el agua, el té, alguna infusión o zumos, así no sentirás ganas de comer. La ansiedad lleva a coger un cigarrito.
8. Procura moverte. El aire fresco y la actividad física tienen un efecto relajante y mejoran el humor.
9. Acupuntura. Este método tradicional puede reducir el deseo de fumar o incluso provocar un fuerte rechazo del tabaco. Pero sin una voluntad firme de dejarlo, la acupuntura no acaba con el deseo de fumar.
10. Apoyo psicológico. Para evitar la recaída después de haber logrado lo que parecía tan difícil.
11. Llevar una vida saludable. Es importante cuando se intenta superar la adicción.
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